lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Qué es la Bui-Fi?

Esta historia tiene mucho punch.
-Pero el de la telefónica me dijo que podía tener interné acá.-
-Sí, pero necesitás captar la señal de algún lugar.-
-Claro, la Cristina ahora nos va a poner bui-fi a todos.-
-Eso parece, pero todavía no llegó a Berisso.-
-Y bueno, pero igual después le voy a preguntar al muchacho porque el Bui-fi me está gastando todo el crédito, estos son unos chantas.-
-No abuelo, no tenés "BUI FI" de la nada, del aire. Necesitás una computadora, con internet, y ahí un aparato, que se llama router, para que levante la señal, y la mande por toda la casa o local. Después con tu teléfono vos captás esa señal, y la usas con el celular. Podés ir a un café por ejemplo, y tomar la señal de ahí.
-Y pero es todo satelital ahora, como no va a agarrar interné. Después voy a ir al muchacho.
-...Bueno andá.-

Misión imposible. Fracasé. Después de toda una tarde de esta reiterada charla (No miento, este diálogo así como lo ven se repitió al menos 3 veces en este hermoso lunes primaveral) no logré hacerle entender a mi queridisimo abuelo que el wi-fi no salía de la nada, que no era mágico y tan increíblemente económico.
No quisiera adentrar en su cabeza para descifrar de que forma supone o imagina lo que es la creación de una señal Wi-Fi, podría llegar a encontrar cualquier fiesta ahí adentro.

No lo estoy haciendo quedar mal ni nada, solamente me irritó mucho la testarudez que tenia, que seguia maquinando con su idea de una wi-fi dócil y prostituta, donde todos podemos aprovecharnos de ella siempre y cuando la encontremos dando giros por las calles.

Pero esto no termina acá.
La historia siguió en la farmacia cuando el muy dandy se atrevió a solicitarle a la amable persona, en este caso femenina (si fuera masculina yo que ustedes correría en círculos cantando mamma mia); la cual con sus enormes ojos me miraba fijamente mientras creaba una explicación que era efectiva hasta para ella misma, acerca de como tenía que firmar en la receta de los "medicamentos"; su teléfono.
Si si, el maestro le pidió el teléfono para mi! Y yo donde carajo me meto? Acaso las farmacias vienen con refugios para los pelotudos que se sonrojan o empiezan a tartamudear cuando se ponen nerviosos? Para colmo el EXALTADO: "QUE???" de la farmacéutica, hizo que me sintiera aún peor. Nose si fue por mi cara, porque tenía un cuello ortopédico, o (rezemos) por la sorpresa ante tan inesperada solicitud.

Lamentablemente no me dió el teléfono, me hubiese gustado, pero bueno, volveré con el cuello libre para una revancha. Hammmbre.

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