lunes, 30 de agosto de 2010

Catolicamente Malo

El otro día leí un cuento espectacular. No te voy a contar de que carajo se trataba porque no tengo el más mínimo interés, y supongo que vos tampoco, así que vamos al punto negro para salir del molde y no decir "grano" de la cuestión que me trajo a escribir esto.

Un flaco les (si dije flaco y que) comienza a contar una historia en un tren a unas niñas cuyo comportamiento no era de lo más "standard" para niños que viajan en un tren hace unas horas, retados por su madre aproximadamente unas 100 veces (mentira, ni idea cuantas veces los cago a los reconcharepedossorete). Como el hombre notó que no se calmaban, comienza a contarles una historia.
Había una niña que lo tenia todo, absolutamente todo. Era una niña muy buena, Horrorosamente buena. No pude evitar apreciar sus caras de sorpresa cuando escucharon la palabra "Horrorosamente" asociada a tal cualidad.

Que hijo de puta. Nunca en la puta vida se me hubiese ocurrido darle un color así a una expresión de este tipo. Pero nunca. Es genial.

Gracias a este innovador flaco, me propuse pensar algunas más, tales como:
  • No se me ocurrió ninguna. Concha.
Si alguien tiene alguna, me encantaría escucharlas.
Ah y mentí una banda, no me acuerdo si era exactamente así la parte del libro.

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